Este es el ciclo natural de la vida: nacer, crecer y morir; lo mismo sucede con las empresas, cada día nacen y otras mueren. Aquí lo importante a resaltar no es la pregunta de ¿por qué? Sino la pregunta ¿para qué?. ¿Para qué nacieron? ¿Para qué murieron?
Independientemente de la situación en la que te encuentres, el objetivo principal es cambiar el enfoque y cambiar la pregunta, si está naciendo tu negocio, hazte esa pregunta ¿para qué lo estás construyendo? ¿Es algo económico? ¿Es algo social? O ¿simplemente porque quieres probar?
Esta pregunta te hará el camino más sencillo, ya que al final del día, sea la situación en la que te encuentres, obtendrás un aprendizaje. De igual manera si tu negocio está muriendo, haz la misma pregunta ¿para qué? Y fácilmente comprenderás, que posiblemente contra lo que te estás enfrentado es con lo único inevitable en esta vida. ¡APRENDER!
Y créeme, si estás en la segunda posición y aún estás dispuesto a iniciar de nuevo, sin duda te puedo asegurar que si cambiaste la mentalidad, ya no te va a volver a pasar lo mismo y ahora iniciarás de una mejor manera.
¡SUERTE!